Inmersa en un bosque y sobre un manto de hojas caídas, puedo sentir el olor a lluvia, a tierra húmeda, a musgo y caracol. Mientras, un leve hilillo de sol se cuela entre las hojas que aún siguen en pie, resintiéndose a su muerte tardía.
Se respira silencio... un silencio nostálgico, que sólo es roto por el agua de un pequeño riachuelo que fluye entre sus guijarros y todo lo que los árboles me permiten, puedo ver, a lo lejos, el vuelo de los pájaros buscando tierras más cálidas.
que bonito, me ha encantado, un beso
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